lunes, 10 de octubre de 2016

Please, don’t feed the artist

Con la acción Please, don’t feed the artist (Por favor, no den de comer al artista), pretendo hacer una crítica al mundo del arte en España e invitar a la reflexión. En los últimos años, ha habido un boom de infraestructuras culturales y se realizan numerosos proyectos y actividades, pero no deja de ser un espejismo. Los recursos, generalmente públicos, llegan mínimamente al creador. 

La norma es que una institución cultural o una administración, realice una exposición o programe una actividad con escaso o nulo presupuesto para el artista. Los recursos se destinan a sostener la propia infraestructura de la institución, es decir los gastos del continente y del personal que allí trabaja. Otra parte a los organizadores del proyecto y, si sobra algo, a la producción. Pero salvo milagro, no habrá ninguna partida reservada para los honorarios del artista, como cualquier otro profesional. El artista se mueve entre la gratuidad y los presupuestos irrisorios, en la mayoría de proyectos. Es una situación absurda y sangrante, propia de un país que no valora ni respeta la cultura. 

Lo más triste es que a pesar de las condiciones totalmente abusivas, hay una cola interminable de artistas dispuestos a participar del abuso, a trabajar gratis. Con ello se ha creado un sistema enteramente amateur, pues la mayoría de artistas en España no pueden vivir del arte.

Tras la performance, realizada el 8 de octubre en el marco de la feria Art Jaén, el proyecto queda a modo de instalación en el Museo de Jaén hasta la clausura de la feria el 30 de octubre de 2016.