viernes, 12 de septiembre de 2014

Entrevista en Unit Sound Magazine

Portada de Unit Sound Magazine, nº. 21
Marc Montijano (n.1978), artista visual y performer, es uno de los más destacados representantes de la nueva generación del arte de acción en España. Su obra con un grandísimo peso conceptual, discurre por un camino totalmente aparte del resto de performers de su generación. La estética turbadora y el fuerte peso mediático de sus performances, esconde un universo reflexivo y fecundo, con una gran base teórica y un fuerte trasfondo espiritual. Rechazando lo artificioso, reflexiona sobre distintos aspectos de la relación del ser humano y la sociedad actual, habla del hombre embrutecido y la necesidad de cambio.
Su trabajo nunca ha estado exento de cierta controversia por los temas sociales que aborda. Entre sus obras destacan, la serie de once performances que ha llevado a cabo en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (2010 y 2011), abordando temas como el maltrato a la mujer o la primavera árabe; la performance que realizó con cuatro modelos desnudos delante de la Catedral de Jaén (2012); la acción frente a la sede de Bankia en Madrid, en pleno estallido de la crisis; la performance de cinco horas de duración en la que expuso a varios modelos como trozos de carne en un puesto del mercado de abastos de Jaén (2012); la acción Welcome to Paradise en la que arrojó a un hombre a la basura (2013); o su último proyecto, Exiguo marmore en la galería JM, en el que hacía una crítica al materialismo exponiendo cinco modelos en un escaparate.

ENTREVISTA
1. ¿Cómo llegó el performance a tu vida?
Hace más de diez años… mezclando teoría y práctica, principalmente a través del portal de arte Homines.com. Colaborando con el portal, comencé a conocer a algunos artistas, especialmente de Latinoamérica, y a desarrollar proyectos en los que les invitaba a participar. Creaba el corpus conceptual de las acciones, les daba unas pautas estéticas y ellos las llevaban a cabo. Fue una época de aprendizaje y descubrimiento.
Paralelamente durante un tiempo me dediqué a investigar y escribir sobre artistas del mundo de la performance en diferentes publicaciones y para mi tesis doctoral. Esto me ayudó a profundizar en este mundo desde otra óptica y aprender de los mejores. Me aproximé al trabajo de grandes artistas como Beth Moysés, Regina José Galindo, Lorena Wolffer o Esther Ferrer; y de otras creadoras ya fallecidas, como Ana Mendieta o Hannah Wilke.

2. Háblanos de Proyecto 47.
Este trabajo gira entorno al artículo 47 de La Constitución española. Reflexiono sobre la vivienda, la crisis, la burbuja inmobiliaria, la especulación, la ambición, la avaricia y sus consecuencias. Con este proyecto quiero dejar constancia simplemente de una situación, no entro a juzgar quienes son los culpables. Planteo este trabajo como testigo, con una finalidad meramente documental, como recuerdo de los frutos amargos de la ambición desmedida y la codicia de nuestra sociedad.

3. Hay dos elementos característicos en tu obra, el saco y la cuerda, ¿qué significan para ti?
El saco y la cuerda están desde el principio en mi trabajo, parte de mi obra pictórica, y se han convertido con el tiempo en mi signo de identidad. Forman parte del lenguaje con el que me expreso.
Pero no son un capricho, ni un recurso estético, en las acciones el saco lo empleo para buscar el anonimato, quiero que desaparezca cualquier rastro de lo individual, porque no hablo de una persona, hablo del ser humano en su conjunto. Y las cuerdas representan el capullo, envoltorio o caparazón en el que germinan mis personajes y la muda de la que se desprenden cuando despiertan a la nueva vida. La parte material de la que debemos librarnos necesariamente en el proceso de metamorfosis, del que hablo en todo mi trabajo.

4. En relación con lo anterior, ¿qué te parece que algunos artistas últimamente tomen prestados esos elementos en su trabajo?
Al principio me lo tomaba como un homenaje, ahora ya lo veo como un signo de falta de creatividad. Lo cual es muy preocupante cuando te dedicas a una profesión en la que la creatividad lo es todo.

5. Aunque el performance es todavía una disciplina bastante desconocida en España, parece que cada vez tiene más adeptos, ¿cómo ves el performance nacional?
La veo bien porque hay artistas muy currantes, que llevan años dando guerra. A mí me encanta la performance, por lo que cuanta más gente se adentre en ella mejor, pero soy muy crítico y exigente. Me interesa cuando se sustenta en lo conceptual, cuando es íntegra y verdadera, pero me aburre cuando se queda en lo epidérmico. Me encanta el teatro, pero el arte de acción no es teatro. El arte de acción es verdad, no una interpretación.
Pero verdad no significa amarillismo o morbo, que es otra de las vertientes muy de moda últimamente. En ocasiones puede resultar catártico extraer lo que llevas dentro, pero hay una línea muy clara entre la limpieza interior, el hecho de expulsar nuestros demonios en público, y la prostitución de nuestros sentimientos.
Algunos artistas hacen de sus desgracias o condiciones particulares su único recurso y lo único que hacen es contar miserias, recrearse y mercadear con ellas, una y otra vez. Eso no me gusta.

6. Y en los museos y centros de arte, ¿cómo ves el papel de la performance?
Desde el punto de vista institucional veo poco respeto por el arte de acción actual. Cada vez tiene mayor presencia, pero lo incluyen en su programación de un modo secundario y con escasa o nula partida económica. Como si los artistas no tuviéramos que pagar facturas. Eso es un problema grave y una contradicción por parte de los que dirigen las instituciones culturales, ya que luego tanto en público como en repercusión solemos ser muy "rentables" para ellos.

7. ¿Qué te parece la relación entre performance y medios de comunicación?
El equilibrio es complicado entre difusión e integridad. Los medios junto a las redes sociales son una gran herramienta para difundir el mensaje y unos aliados muy útiles para darle visibilidad a la performance. Pero a veces los artistas, o mejor dicho cierta clase de performers, abusan de los medios y parece que elaboran las acciones solamente buscando la repercusión mediática, forzando el escándalo o la polémica.
Pero esta búsqueda de notoriedad fácil y rápida ocurre en todo el arte actual, no solamente con la performance. Hay todo un circuito de lo que llamo artistas de humo, críticos de arte de humo, comisarios de humo, gestores culturales de humo e incluso centros de arte de humo. Cualquiera que entienda un poco de historia del arte sabe que su trabajo es insustancial y no soportará el paso del tiempo.

8. Podrías adelantarnos algo de los próximos proyectos en los que ya estás trabajando?
Aparte de continuar con Proyecto 47, me queda mucho por recorrer, y algunos trabajos más clásicos, estoy preparando dos proyectos nuevos: 30 minutos, del que todavía no puedo adelantar nada, pero que comenzará este otoño.

Entrevista realizada por Raquel Delgado.